Esta actividad se iniciaba el 12 de diciembre, día en el que los arrieros partían hacia la cordillera con 4.000 ovejas raza Merino Australiano, a la mañana siguiente partían 4.000 más y lo mismo ocurría el tercer día, de este modo las 12.000 ovejas eran reunidas días después en Aguas Chica, en Monte Patria, en este lugar los arrieros descansaban durante unos días, para continuar su camino hasta los Patos Norte, en la provincia de Argentina de San Juan, en donde los tanguinos contaban con un refugio. Este lugar era idóneo para las ovejas, pues consiste en un vergel (huerto o jardín) provisto de un río y un extenso forraje.

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                    Durante la veranada se ejecuta el encaste, el cual consiste en el cruzamiento de la hembra con el macho.

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                  El encaste era realizado en la cordillera debido  a que este paisaje proporcionaba una buena alimentación, lo cual es clave para obtener una óptima ovulación y por tanto, una buena preñez que dé como resultado corderos saludables. Adicionalmente, la permanente y adecuada alimentación en la cordillera durante la veranada permitía que las lanas no se cortaran, vale decir que al momento de la esquila esta estaba en perfectas condiciones, de una calidad superior y estas fueran de un solo corte (vellón).

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              Las veranabas antiguamente cuando estaba a cargo de la Hacienda Tongoy duraban seis meses, cuando quedo a cargo de la Hacienda El Tangue, tenían una duración de cuatro meses, pero después de quedar atrapados por el temporal los carabineros no les permitieron quedarse más de dos meses.

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               En consecuencia, las veranadas se realizaban con fines económicos para obtener corderos saludables y lana de calidad.

Sin embargo, esta práctica cesó en 1996, luego de que se iniciaran las carreteras concesionarias, que las personas empezaran a cercar sus parcelas y que en Argentina exigieran la reducción de la estadía de los arrieros debido a temporales ocurridos durante esos meses en la cordillera.

               

                Un dato interesante, es que además del ganado ovino, antiguamente en la hacienda se criaban cabras angora, las cuales eran sumamente cotizadas debido a su fino pelaje, con el que elaboraban prendas para la familia y comercialización.

 Esta actividad cesó en la década del 90' debido a que la producción de la fibra sintética causó la reducción de la venta de fibra natural.

     Actualmente no hay cabras angora en la hacienda, el único ganado caprino se constituye por cabras criollas, cuya crianza no es a gran escala, pero que cumple un rol importante en la economía familiar, ya que proporciona diversos recursos  para el uso doméstico y comercial (queso, leche, carne, etc.).

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